Florecimiento carmesí. ~

por **Keith** Miér Ene 22, 2014 2:46 am

Del gélido aliento la funebridad empezó a mostrar su pálido rostro, el tirano silencio le reprochaba sus hipotéticos comentarios; pues tal osadía corrompía el pacto que había entre ese espacio etéreo y el gobernante de los mundos solitarios. El ritmo del viento en el lugar permutaba su senda, presagio de una nueva coyuntura y aquella puritana atmósfera empezaba a hilar torrentes de aire adulterado agualizcos por el control de alguien más.Susurrando el sonido de los sincronizados pasos dirigidos a la brevedad de una tarea, aquella tarea que daba a corresponder un ascenso a su vida homogeneiza, su senda dirigida entre aquellas zonas las cuales llevaba caminatas arrinconadas entre esferas de arena las cuales chocaban con aquella tez pálida del Uchiha dejando ver su faz a plena tonalidad la misma no mostraba ningún interés.La abrasidad de la arena se hace presente en los diferentes hogares, reemplazando la luz del día por el arduo sol desprendido de rústicos combustibles a modo de rayos y pequeñas formaciones verticales de parafina. Los tenues rayos de luz que desprenden las cúpulas de la bóveda del negocio colocadas en candiles de hierro fundido llegan a iluminar lo suficiente para hacer visible el entorno, el símbolo del Uchiha toma tintes ámbar al momento en que los fotones hacen contacto con su humanidad.Se hacía presente en aquel entorno donde se encontraba bastante hediondo y desolado por el gran desastre que habría provocado una simple ventisca derramada por el Dios eterno de los mares, distinguiéndose entre otros por su arena inmensa que abrazaba la aldea de Sunagakure, apelativa; Aldea del Viento.

El clima de aquel día era atosigante. El firmamento estaba levemente cubierto por arena como de costumbre, típico de un día pácifico. La humedad iba en aumento, las nubes se agrupaban lentamente y formaban nubes luminiscentes de un color tan níveo como el mismo día.De la atmósfera el cielo eterno, grisáceo, impactos crujientes entre sonoros dominantes, cúpulas extremas de una forma feroz esforzando una muestra de mortalidad, fantasmas arrobes zumbando por el ambiente arduo atrapado entre plasmas energéticos pasado entre épocas gélidas de unos constantes rayos que daban presencia a la boveda de luz perpleja entre diminutos impactos. El sufrimiento de los mortales, las simples lágrimas que caen en forma de finos cristales parecen ser su alimento. Pareciera ser que las cosas serían más sencillas si cada uno tuviese una forma de pensar en particular y los mantuviesen separados, cada uno en su propio mundo, no haría más que evitarse el dolor que el derramar sangre implica, una vida pérdida y un sueño destruido.

Sería mucho más sencillo ser solo valiente, generoso, sincero, pacífico o inteligente, sin embargo, el problema aparece cuando cada una de ellas se vuelven una virtud defectuosa en una persona, definiéndola por completo y empezando a imponer sus propios ideales por sobre el de otros, viéndolo así, definitivamente sería más sencillo separarlos.Caminar bajo el sol, en un manto del cielo intentando ahogarlo en su trayecto, inclusive con aquella capa de protección contra la misma. El calor se hacía notable en su piel, erizando parte del vello de su cuerpo aunque sin ser visible al encontrarse oculto por su ropa. Aquello lo valía, al menos eso era lo que suponía, teniendo que encontrarse con entrenamientos más allá de lo normal. ¿Cuánto duraría? ¿El entrenar sería solo temporal? Se escuchó el ruido de un pequeño rayo, abriéndola de par en par sin siquiera pedir permiso a las nubes, como de si se tratase de su propio hogar. Era un lugar bien cuidada para ser de entrenamiento, todo hecho al tema del clima y muy característico por los detalles que rotos que la hacían tan especial, el simple aspecto de bosque arenoso que daba lo hacía mágico. Dejó su cobertor en un arbol clavado con un kunai, avanzando y dejando marcas de arenilla en el trayecto, remarcando a la perfección su calzado sobre el suelo. El crujido de los volátiles era lo único que se escuchaba, aunque por sorprendente que fuese, no era desagradable en lo absoluto.

Allí se encontraba, completamente intacto y aislado de lo que ocurría en su alrededor, cómodo y sin nada que le preocupase en ese instante. ¿Por qué no siempre está así? Se acerco a los centros del lugar, donde entre un cerrar y abrir de ojos había cambiado a su sharingan de tres aspas, para que luego, nuevamente sus ojos se tornen el su nueva visión la cual es llamada Mangekyou Sharingan, y se vaya despejando lentamente...En su faz se mostró un regocijo de poder, sabía que lo había alcanzado, tenía unas técnicas visuales que podrían ser mortales para quien se cruce en su camino, ahora el Uchiha se sentiría un poco satisfecho por el hecho de tener esos ojos, los ojos que lentamente te llevan a la oscuridad, pero sí, era así, Keith estaba sumergido entre la oscuridad, lo que haría esto es que fuera más lóbrego para su vida, aún así, pudo divisar que todo lo atisbaba con una mejor resolución, la hora del poder para el pelinegro no había concluido. — Así se siente el poder de está nueva visión... — exclamo al deslizar su manos sobre uno de los ojos. Acto seguido de eso, una capa violeta claro le salió al rededor de esté, como si estuviera formando una caja torácica, para que luego de eso, pueda tratar de realizar su segunda fase, está era más compleja, ya que parecía a un esqueleto saliendo de su espalda de gran tamaño, esté tendría brazos y cabeza, así que sólo concentro su chakra para realizar la siguiente etapa...

Pero algo estaba mal, el ojo izquierdo de Keith comenzó a sangrar, haciendo que cause un poco de dolor en su cuerpo, para que este caiga arrodillado y con sus brazos sobre el suelo,al intentar hacer la etapa que seguía, su forma semi-completa. Se encontraba un poco dolido por aquello, su ojo contenía una fricción de chakra extrema para avanzar a la siguiente forma, lo que hizo que este pierda el control y caiga como rey vencido por los suelos... — Estoy forzando demasiado mi cuerpo, para entrenar algo que es muy peligroso... de cualquier forma, todo lo que haga siempre causará un mínimo dolor en mi cuerpo, hasta en mi capacidad visual... Mi intensidad cardíaca aumenta al intentar realizar la segunda etapa, pero sólo un fracasado se iría de este entrenamiento... mientras tanto, seguiré... — musitó con un tono frío, al tomar levante y realizar la técnica nuevamente. Ya estando para realizar la técnica, el chakra violeta se comenzó a esparcir por la parte de arriba de Keith, formando así, un esqueleto, esté contaba con sus manos ya dichas y cabeza y ojos de color amarillo, pero este en su brazo derecho tenía una espada la cual la impulso en forma de corte.

— Este es el poder... — pausó para soltar una risa macabra que aquel esqueleto también la produciría. — ¡Del Susano'o! — Termino de musitar en forma maníaca para que luego de eso, comience a hacer su segunda fase, pero en está vez, pudo hacer su segunda fase, la cual el esqueleto se iba recubriendo con algo parecido a los músculos que formaban una nueva capa. Pero antes que pudiera llegar a su forma completa, comenzó a deshacerse, en torno al volver a su primera fase, está se trataba del esqueleto, pero el Uchiha, no quería perder aquel ritmo, entonces logro concentrarse al máximo, a pesar de cada dolor en su célula, hizo fuerza para retenerlo. Para seguir en la forma completa de este poder que le otorgaría su Mangekyou Sharingan.Y fue así como Keith pudo realizar de aquella técnica, el cuerpo de su nueva forma contenía líneas y con grandes hombros puntiagudos, de está parecía que le salieron unas orejas, y una nariz en punta. Contaba en su brazo izquierdo con un arco de flechas del mismo Susano'o y de su otra mano, parecido a una espada, que sería la flecha lanzada. No concluyo, cuando nuevamente un último es fuerzo, de su esbelto cuerpo se desarrollo. Su humanoíde lo dejó en una forma de demonio con arco y flecha.No se dispuso a pensar, mientras su perfidia corría por sus venas, otra capa de mayor rango resurgió, esta tenía los ojos amarillos en la boca, un diamante en la frente, una ballesta apareció en su mano izquierda, y en su otra mano, tenía una especia de espada echa de Amaterasu, que ella era algo mortal. Sin duda, está última etapa fue de lo más fácil para Keith, no le costó nada. Al concluir los actos, y que aquella gran capa morada que lo cubría, se vaya deformando por etapa, hasta así no dejar nada y que esté se retire normalmente de la zona, con sus ojos atezados como de costumbre.

Líneas: 94/50

Líneas a entrenar: 50

Líneas restantes: 44

Jutsu entrenado: Susano'o [Todas sus formas]

Susano'o a elegir: Forma Sasuke Uchiha [Si es aceptado]